AMORE RADICAL

En nuestro hablar cotidiano decimos cosas como “amo las hamburguesas con queso” “amo los helados” “amo mi auto último modelo” o “amo mi teléfono inteligente”. En general, nuestras expresiones denotan que amamos la vanidad. Dios llama a los cristianos a amar, pero no como ama el mundo.

Para el cristiano, el amor es ser paciente, amable, libre de celos, libre de jactancia y arrogancia, ser moderado en nuestras acciones, libre de ambición, dispuesto al perdón, ser justo, ser honesto, ser leal, ser fiel, lleno de esperanza, ser constante y perseverante. A través de estas cualidades se manifiesta el amor de Dios en sus hijos.

Esto no ocurre de la noche a la mañana, pero en nuestro proceso de santificación es importante que midamos nuestro nivel de amor con el nivel de amor que Jesús nos enseña en las escrituras. Cuando enfrentamos circunstancias en la vida en que nos cuesta amar, debemos recordar que tenemos que desechar nuestra versión del amor “amor del mundo” y amar profundamente como Dios nos manda. Debemos ser como Jesús. 

El amor Cristiano se basa en dar, no en recibir. El amor del cristiano es el resultado del amor derramado por el Espíritu Santo en el corazón del creyente arrepentido (Romanos 5: 5). Esto ocurre cuando el creyente es nacido del Espíritu, cuando es nacido de nuevo.

El amor Cristiano es la naturaleza divina que nace en ti cuando aceptas a Cristo como tu Rey y Salvador. Deja que el amor de Cristo te obligue a amar. Mantén a Jesús como el único estándar de Amor perfecto y verdadero. ¡El Espíritu Santo de Jesús te dará la fuerza, te dará el Amor Radical!